22 sept 2010

Otoñecer (I)

Quedan pocas horas para que inauguremos el otoño. Según el Instituto Geográfico Nacional, la estación comienza este año pasados nueve minutos de las 5 de la madrugada del 23 de septiembre [también la primera luna llena del otoño se dará entonces]. Queda poco. Y nos hemos dado prisa para que todo esté listo para entonces, para que, con la llegada del otoño, Córdoba otoñezca. Y es ahí donde están nuestras otoñeces (otoñadas en un primer cartel hace tres años) particulares, todas ellas muy queridas y necesarias.

Hace un tiempo iniciamos una búsqueda. Queríamos encontrar una definición para el verbo otoñecer. Para nosotros era muy importante inciar una aproximación (leve, muy leve) hacia un concepto tan vital para nuestro proyecto como éste. De camino nos hemos encontrado esto. Y nos ha fascinado:

Otoñecer

1.desus. Oscurecer o envejecer con betún u otra sustancia una superficie brillante. Habitualmente hierro utilizado en armaduras, plata o madera policromada. Particularmente, desde el S.XV, ocultar el brillo de los lingotes de oro para hacerlos parecer otra sustancia de menor valor y evitar su hurto. 2. lit. Precipitar algo hacia su fin de un modo regular y pausado. 3. fotog. Paso de un estado de iluminación clara a otro más sombrío o de penumbra. 4. metaf. Acción relativa a los procesos crepusculares, y por extensión, paso de una realidad tangible a otra preternatural, relativa a la noche.

Por Jesús Fernández

Otoñecer

Estado de ánimo(a) que se produce cuando, al caer calor y hastío, brota el descaro, suben las persianas las noches bulliciosas. Abrir las puertas de Ciudad-Adarve, abrir las piernas en esquinas rotas, cosquillear la sangre rozándose en las barras. Otoñecer son dos o tres primaveras cubiertas de carmines. Rítmico oleaje en las calles sin puerto.

Por José G. Obrero


Os animamos a que os unáis a esta búsqueda.

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